martes, 11 de septiembre de 2007

LA ULTIMA FRONTERA.



Parece que el sexo anal está de moda. Algunos afirman que les encanta, a otros les repugna sólo la idea de hacerlo, y algunos más mantienen una actitud ambigua que oscila entre el temor al dolor y el deseo de experimentar.

Pero lo cierto es que el sexo anal es tan viejo como el mundo. El sexo anal reviste desde tiempo atrás en la historia el carácter de "vencer la última barrera".

Lo cada uno siente con respecto a esta práctica pertenece a la cultura en la que ha nacido. El sexo anal ha sido considerado
tabú en muchos países occidentales desde la Edad Media. Esta práctica ha sido condenada en los últimos dos mil años por la mayoría de las religiones: tanto por ser infértil, como por conllevar serios riesgos higiénicos.

Aún hoy, el sexo anal es considerado un delito en muchas culturas. Afortunadamente en la actualidad, el sexo anal está considerado una de las prácticas sexuales más extendidas en parejas homosexuales y también heterosexuales
.

Con independencia de la llamada al deseo que puede originar el poder romper un tabú, el hecho de que se produzca la penetración, la visión de un ano, su caricia y sobre todo el contacto del pene con este puede provocar fácilmente una excitación.

Los glúteos asimismo son muy sensitivos y, si la experiencia de las caricias estimula el deseo sexual, en algunas posturas de práctica del coito también se produce un contacto rítmico con los glúteos, lo que es un fuerte estímulo sexual para ambas partes.

Sin embargo, el ser humano se encuentra desde la infancia condicionado para considerar como negativo al coito anal, de modo que un intento compulsivo de llevarle a una penetración anal puede ser percibido como una especie de violación, de esto se entiende que la relación debe hacerse con el máximo acuerdo posible.

Considerado para muchos un acto indebido y por otros de entrega total, lo primero que se debe hacer antes de practicar el sexo anal es preparar la mente, porque esta práctica sexual, como otras modalidades, requiere de la aceptación mutua.

La penetración anal es muy satisfactoria para ambos, las primeras veces suelen ser algo incomodo y doloroso, la relajación y nivel de excitación es imprescindible, si estás nervioso y tienes temor contraes el ano.

Por otra parte hay que lubricarlo con un lubricante especial, cuya aplicación debe conllevar su morbo y su parte de excitación sensorial; en este sentido es conveniente pasar la lengua por el ano de la otra persona, e introducirle los dedos impregnados con lubricante con suavidad, lo que ayudaría a dilatar y relajar el ano de la persona que va a ser penetrada, y reduciría significativamente la sensación de dolor inicial de la penetración.

No hay que forzar nunca, ni hacer una penetración de golpe ya que hay riesgos de desgarro, hablamos de una zona muy delicada, ir intentándolo despacio, no hay prisa, conforme se vaya dilatando irás sintiendo ese nuevo y desconocido placer.

Para reducir las sensaciones de dolor es importante realizar una paulatina inserción del pene, lo que permitirá que se produzca una dilatación y adaptación gradual de los músculos. La penetración anal exige además, la elección de un ángulo apropiado, pues el ano es más apretado y menos flexible que la vagina.

Usualmente la persona penetrada complementa el coito anal con la masturbación, lo que contribuye a una multiplicación del placer y a relajarle la musculatura anal, con la consecuente facilitación y mejoramiento de la penetración anal.

Por otra parte, las terminaciones nerviosas excitables en la zona anal son mucho más numerosas que en la vagina, por lo cual la penetración anal puede llegar a ser más placentera.

En el momento en el que la persona penetrada logra el orgasmo
, contrae fuertemente la musculatura anal provocando una fuerte presión sobre el amante activo lo que le facilita a éste su propio orgasmo.

Este placer se puede obtener en sexo en grupo mediante la ayuda de una tercera persona. Una doble penetración, anal-vaginal, puede ser una experiencia sumamente placentera.

Es probable que en la primera relación sexual anal no llegue al orgasmo, porque apenas el cuerpo se está acoplando. Sin embargo, cuando las pieles se distinguen y los movimientos danzan, es posible llegar a un magnífico orgasmo.

Salu2!!!

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