sábado, 18 de agosto de 2007

UNA ESTRELLA DEL ROCK NUNCA MUERE


El nombre de Elvis es un anagrama de “Lives”: vive, y algunas personas sostienen que El Rey todavía está vivo y que ha sido visto en varias partes del mundo.

Al día siguiente de su fallecimiento, el 16 de agosto de 1977, Elvis Presley comenzó a realizar apariciones en todos los rincones del planeta. Desde entonces, las visiones del rey del rock and roll no han hecho más que sucederse.

El testimonio que más se repite en innumerables sitios consagrados a las apariciones de Elvis se refiere a encuentros en cadenas de hamburguesas en todos los rincones del planeta.

No hay pruebas pese a una recompensa de 3 millones de dólares, ofrecida a quien pueda aportar elementos concretos de que Elvis aun vive.

Pero bueno, el meollo de este artículo no es fomentar la psicosis colectiva de semejante absurdo, sino un homenaje al hombre que revolucionó la música y el pensamiento mundial de una vez y para siempre.

Con sangre aborigen (su madre era una india cherokee), Aaron Presley nació en el seno de una familia humilde en Mississipi, el 8 de enero de 1935, y desde ese día vivió una vida de apego a su madre, particularmente tras el cambio de residencia familiar a la ciudad de Memphis, Tennesee, donde a partir de los trece años comenzó a desarrollar un interés por el blues de los negros.

1956 fue un año decisivo en su carrera, ya que grabó por primera vez en los estudios neoyorkinos de la RCA su versión de la canción de Carl Perkins “Blue Suede Shoes”.
Ese mismo año, su éxito “Heartbreak Hotel” lo convirtió en un millonario vendedor de discos.

Para 1955 y a raíz de que Elvis empezó a trabajar con el Coronel Parker y la célebre mafia de Memphis, la mercadotecnia hizo acto de presencia.

El 24 de marzo de 1958, Elvis Presley ingresó al ejército de los Estados Unidos, y mientras servía a este, su madre moría... y entonces comenzó su decadencia.


Elvis regresó del ejército a los brazos de la chica a la que amaba, con una nueva madrastra y el hábito a las pastillas para dormir. Pero nada de esto, ni siquiera sus fallos en los conciertos, afectó el cariño que sus admiradoras sentían por él.

Con el nacimiento de su hija Lisa Marie, la popularidad de Elvis recibió un nuevo ascenso. Priscilla, por su parte, se consolaba de los rumores de las citas furtivas de Elvis con sus admiradoras entendiéndose con el profesor de karate de su marido, hasta que por fin le pidió el divorcio y lo abandonó.

Elvis pasó de la depresión a la esquizofrenia, de la melancolía a la hiperactividad, de la amabilidad a la ira y a la histeria, de sus 70 kilos de peso a los más de 115 que lo aislaron en las paredes de Graceland, su fantástica mansión.

Las pocas presentaciones de Elvis en aquella época fueron de mal en peor. En escena se dedicaba a dar grandes monólogos religiosos que se volvían cada vez más incomprensibles.

No cabía duda de que el Rey se hallaba gravemente enfermo física, espiritual y emocionalmente. La vida pública no pasó en vano por la existencia de Presley, quien en la intimidad era un hombre más bien tímido e inseguro, y no pudo tolerar la aparición de nuevos ídolos como The Beatles, a quienes detestaba, a pesar de que por cuestiones de mercadotecnia recibió alguna vez en su casa.

Debido a sus continuas depresiones, subió de peso y comenzó a ingerir medicamentos sin prescripción.

Pocos días antes de su muerte, Elvis ya no coordinaba sus ideas; perdía la memoria y caía en incoherencias. Su última canción la grabó en su casa, el título fue Way Down (Camino hacia abajo).

El resto ya es historia, el 16 de agosto de 1977, Elvis Presley fue encontrado sin vida en el cuarto de baño de su mansión Graceland por su novia Ginger Alden. Tenía 42 años y el forense escribió “arritmia cardíaca” en el parte de defunción.

Se dice que murió con un libro entre sus manos titulado “The Faces of Jesús”, un libro de temática religiosa haciendo honor a lo que él mismo había sido en vida: un hombre amante de la música gospel. La música que llevó al hombre blanco a cantar como si fuera un negro.

Elvis Presley no murió víctima de un infarto. Elvis Presley murió víctima de la mafia que lo rodeaba y lo adoraba, y que le consintió todos sus excesos con tal de agradar y tener contento a su ídolo.

No obstante, sus más fieles fanáticos se negaron siempre a aceptar la muerte de Elvis, y hasta hoy ha sido alimentada la leyenda de que el 23 de agosto de 1977, “El Rey” desapareció de la vida pública para iniciar una nueva existencia bajo el amparo de la clandestinidad.

Habían pasado 21 años de haber inaugurado una nueva era para la música y para los estándares sociales que hoy sigue vigente, por encima de generaciones, aficiones, edades, modas, orígenes y culturas. Su rebeldía reventó y también reinventó los cimientos de la entonces pacata sociedad mundial.
Hoy es recordado como un mito y sus seguidores siguen considerándolo “El Rey”.

Siendo uno de los pioneros del rock and roll y de la fusión de este ritmo con el blues y la música folklórica estadounidense, Presley influenció a la mayoría de los músicos surgidos a la mitad del siglo XX, entre ellos los también legendarios Beatles.

Elvis logró tocar la fama como pocos artistas de su tiempo lo hicieron. Vendió en vida más de mil millones de discos, y sus transmisiones televisivas fueron las más sintonizadas desde la invención del televisor hasta ese momento.

Elvis Presley no inventó el rock and roll, pues ya el rock estaba allí. Así como tampoco el rock inventó a Elvis Presley, pues también ya estaba allí. Lo que creó fuen un estilo, esa combinación de blues, country, gospel y rythm & blues que dio forma a una criatura musical distinta que acarreaba el baile desefrenado y la soltura que por aquellos años era considerada obscena.

Y precisamente eso fue lo que lo convirtió en el primer rebelde del mundo del rock.

Elvis Presley, “El Rey”, el eterno ícono del rock and roll.

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