Una frase por demás cachonda e insinuante…
El caso es que el ombligo es algo que compartimos todos, y es algo que compartimos desde hace miles de generaciones, según dicen sólo Adán y Eva no tenían ombligo… y si lo tuvieron debieron de haber sido ombligos muy sexys…
El ombligo tiene varias funciones. La primera es mantenernos unidos a nuestra madre y nos permite alimentarnos de ella mientras crecemos ajenos a los problemas del mundo y de la vida dentro del útero. Al nacer, nos cortan el cordón umbilical y cortan ese lazo simbiótico materno y nuestro ombligo toma una forma determinada para toda la vida: el ombligo puede ser saltón o puede ser hundido, pero ambos son cachondísimos. Un ombligo hundido permite ser usado para tomar de el algún alimento afrodisíaco, y a un ombligo saltón le quedan súper bien los piercings.
En fin… en gustos se rompen géneros.
Dice una leyenda que un cocinero italiano, le dio forma a los tortellinis con el ombligo de una golosa amante, tratando de inmortalizar de esta manera a la diosa Venus.
Tanto el ombligo femenino como el masculino están dotados de gran sensualidad. Un ombligo apetecible puede llegar a hacernos cambiar nuestras tendencias en un abrir y cerrar de ojos.
La tentación de morder un ombligo sexy no distingue sexos. Es la primer escala a un viaje hacia el sur del placer. El ombligo es la promesa de un más allá fascinante… No hay sexo oral profesional si no se comienza lamiendo el ombligo.
El ombligo es reconocido por publicistas y mercadólogos; ellos saben perfectamente bien que es una de las trampas publicitarias más efectivas ya que atrae las miradas y atrapa a los sentidos.
El ombligo es, a su vez, uno de nuestros grandes juguetes de la infancia y hasta del tedio de la edad adulta. ¿Quién no ha jugado con él insertándole desde lápices, crayolas, monedas, canicas, dulces y cualquier cosa que se tenga a la mano? Incluso la frase “Se está picando el ombligo”, refiere que no tenemos nada que hacer y el tiempo lo matamos en un constante “mete-saca” de un dedo en el ombligo.
Esta también la frase “se siente el ombligo del mundo”, cuando una persona se creé única e importante.
Muchos lugares del mundo se pelean el privilegio de ser el ombligo del mundo: los griegos dicen que el ombligo del mundo es el Oráculo de Delfos.
La Isla de Pascua, reciente concursante en la elección de las nuevas siete maravillas del mundo, también pelea ser el ombligo del mundo; su nombre real es Rapa Nui, que quiere decir… Ombligo del Mundo.
Cuzco, la cual también concursó y fue una de las ganadoras, también pelea ser el ombligo del mundo.
Los rusos dicen que es un mina de diamantes cercana a la Siberia, la cuál es la más grande del mundo y tiene forma de un cráter tan grande, tan grande, tan grande que tiene una gravedad capaz de hacer que cualquier helicóptero que sobrevuele encima se hunda violentamente en él… Debido a esto, posiblemente este sea el verdadero ombligo del mundo.
En fin, el ombligo vivió escondido mucho tiempo, debido a que la Iglesia, conocedora del poder de seducción de éste, así lo ordenaba. Y en estos tiempos las diversas sociedades retrógradas que únicamente buscan reunir fondos para hacerse millonarios, son las que ponen el grito en el cielo cuando alguien muestra el ombligo.
Vivimos la vida imaginándonos el ombligo de la gente que nos rodea, especialmente de la gente que nos resulta atractiva.
Lo único que nos resta es darle las gracias a aquellos hippies que lograron una revolución social, cultural y sexual en la cual el ombligo mismo es el eje central de toda esta libertad…
Salu2!!!
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