lunes, 24 de noviembre de 2008

UN GESTO ESPONTANEO: LA FOTOGRAFIA EN EL ROCK
























Una pose, un momento único y emotivo capturado para siempre en una foto.

Instantáneas del rock que transmiten mensajes y simbologías. Un culto fetichista que se manifiesta en la infinita reproducción de estampas capturadas por el ojo mecánico.

Posters, remeras, mochilas, trapos, libros, el arte de un disco y miles de objetos más. Imágenes de una religión pagana, politeísta, con dioses terrenales pero siempre carismáticos, míticos, emblemáticos. Seres adorados, idolatrados por las masas o por pequeñas tribus.

Nadie puede negar la importancia de la imagen para transmitir ciertos mensajes, mucho menos en una era donde lo visual adquiere un absoluto protagonismo. El rock no escapa a esa tendencia, más bien la explota.

La fotografía es un recurso muy importante de construcción de imagen por su innegable capacidad artística, documental e ilustrativa. Es un medio de expresión, un testigo, una mirada, un lenguaje que expresa más que mil palabras, que puede retratar una realidad o presentar un universo posible.

El rock genera sus propias imágenes. Fotos de prensa, fotos de shows en vivo, fotos de backstage, inéditas y exclusivas. Siempre hay una cámara cerca dispuesta a captar la esencia que envuelve y engalana al rock star.

Probablemente detrás de cada gran banda, exista un gran fotógrafo. Una sombra invisible que se oculta detrás de una cámara. Un personaje anónimo que sale a la luz a través de sus registros y que es el responsable de captar aquello que unos quieren mostrar y que otros quieren ver. Un voyeur que presta su ojo al deleite colectivo.

El rock es mucho más que un género musical. Es un universo simbólico que se construye a través de una filosofía que rescata la rebeldía, la pasión, el fervor. Es una forma de vida, de expresión, una cuestión de actitud, una necesidad intrínseca de cambio. Es la palabra, la melodía y también las imágenes que genera.

La iconografía rockera se hace eco de esa visión del mundo. Muestra a seres de carne y hueso elevados a la categoría de ídolos, a referentes de una corriente ideológico-musical (muchas veces con más actitud que virtuosismo), ceremonias cuasi religiosas donde los fieles rinden culto a divinidades terrenales, profetas más o menos apocalípticos arengando a la multitud en clave de sol, fiestas populares donde tiene lugar la comunión entre los adoradores y los adorados.

Magia, idolatría, entrega. Postales fragmentarias que recrean la mística de una concepción cultural particular.

La foto rock abunda en clichés que repite gestos, poses y fórmulas instaladas en el imaginario popular. Imágenes retro reproduciéndose sin fin. El desafío es romper con esa estética tradicional.
El fotógrafo de rock busca su trabajo la forma de acentuar algún aspecto del personaje público de cada sujeto. Usando todo el cuerpo del sujeto, normalmente capturado en medio de una actividad física, alcanza sus efectos sin aparente artificialidad y con un talento - a menudo escandaloso - que aleja su trabajo del de otros artistas de retrato.

El trabajo publicitario del un buen fotógrafo de rock, brinda una frescura y dramatismo equivalentes, atrayendo dos clientes importantes: el rockero en sí mismo y el fan.

¿Quiénes son esos seres misteriosos que se ubican en un plano intermedio entre el artista y el público? El rock, como cualquier medio de expresión, parece decir: ¿Qué ves cuando me ves?

Una pregunta obligada. La respuesta depende del lente con el que se mire.

Salu2!!!

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