domingo, 28 de septiembre de 2008

Y LA JUSTICIA EN JUAREZ... ¿HASTA CUANDO?

Algo que siempre me ha interesado a mí es la reacción a los feminicidios en la sociedad mexicana.

Es muy obvio que la reacción y las acciones por el gobierno mexicano no son suficientes para dar una solución a este problema. Pero, eso no significa que la gente en el país no va a demandar justicia.
Todavía quiere, y siempre va a querer, justicia y saber la verdad sobre que está pasando con sus hijas, sus madres, sus hermanas, sus tías, y sus amigas que han sido secuestradas y matadas. Hace un tiempo fui a la ciudad del Paso, Texas vía Ciudad Juárez y como no tenía otra cosa que hacer, fui a una marcha para recordar a las muertas de Juárez y también para protestar la inacción del gobierno.

Cada año hay más demostraciones y marchas de este tipo en Ciudad Juárez y Chihuahua para dar más atención a esas atrocidades. Esas marchas son increíbles. Muchas de las familias estaban allí con carteles con fotos de sus hijas, hermanas, y amigas que han sido matadas.

Me sentí muy incomoda todo el tiempo en que estuve allí porque es un tema muy grave y de pronto me di cuenta que no era algo solamente en los libros o en los periódicos, sino una injusticia grandísima de la realidad.

Quería llorar mucho y gritar mucho pero no pude. También quería estar parte de todo pero al mismo tiempo me sentí como era extranjera. Yo no tengo que vivir en sus situaciones. Yo no tengo que despertarme todos los días sin ver a mi hija, hermana, madre, o amiga. Yo no tengo que luchar contra mi gobierno y la policía todos los días.

Fui para dar mi apoyo a las familias pero quería hacer algo más pero fue algo tan difícil entender mi “lugar” en todo eso. No sé exactamente cómo explicarlo. Es increíble que se siga sin resolver el asunto de las muertas de Juárez y que no exista un responsable de lo ocurrido, en un principio se habló de una secta religiosa, ya que las víctimas tenían marcas muy parecidas en el cuerpo, que parecía ser un símbolo que distinguía el método de asesinar, después se creyó que el narco; otras teorías indicaban que eran por parte del gobierno, unas más que eran de "videos Snuff", donde se hacían un tipo de cine pornográfico en el que se abusaba dando tremendas golpizas a las mujeres hasta asfixiarlas, o matarlas al final; una más, es la de extraterrestres que vienen al planeta tierra y les gusta la zona de Juárez ya que son mujeres que tienen enfermedades de tipo sexual y los extraterrestres usan a las mujeres como medio de experimentación, para poder a vacunar a sus aliencitos (¡ay por favor! ¡no mamen!).

Total que de todo esto, no se sabe cual de todas las teorías es, aunque alguna suene estúpida. Lo que si hay es una realidad que se esconde entre líneas y que es parte de todas estas muertas, muchas se dedicaban a la industria textil y trabajaban como maquiladoras para grandes marcas de ropa aunque no tuvieran cumplida la mayoría de edad, lo que arroja la inquietud a todas estas fabricas textiles de seguir el hilo y encontrar si se tiene un vínculo con estas muertes.

Para quienes visitamos México con frecuencia, o estamos contacto con ese país, las noticias sobre las "muertas de Juárez" no son nuevas, pero no por ello menos espeluznantes cada vez que leemos o nos enteremos de algo referente al tema.

Se trata de la desaparición y el maltrato de miles de mujeres, y de la muerte comprobada de más de 400 de ellas, que se lleva sistemáticamente a cabo desde 1993 en Ciudad Juárez, fronteriza entre México y EEUU.


Es como si el machismo, el narcotráfico, la pobreza, la ignorancia, es decir toda la estructura de violencia de muchos de nuestros países latinoamericanos se hubiera confabulado para crear en esa ciudad al más siniestro y colectivo serial killer de la historia del crimen.


El desierto de Chihuahua se convirtió en un cementerio clandestino; los cuerpos de muchas mujeres aparecieron ahí, semienterrados y quemados por el sol.


Abdul Latif Sharif, considerado como el asesino serial de mujeres en CiudadJuárez, está muerto, y aunque parece que los feminicidios en Chihuahua es un caso cerrado, la duda continúa, y prevalece el temor de que el verdadero asesino esté libre.

Para las autoridades, el Chacal o Depredador de Ciudad Juárez, murió tras las rejas, sin embargo nunca se supo con certeza si los más de 300 homicidios de jovencitas en la zona oriente de esa ciudad fronteriza están relacionados con Latif Sharif.

El Egipcio, como era conocido el detenido por haber nacido en el norte de África, fue condenado sólo por un homicidio y permaneció 10 años en prisión de una condena total de 30 años hasta que la muerte lo sorprendió en forma de un infarto al miocardio tras padecer varios derrames internos que lo mantuvieron mucho tiempo en el hospital.

Pese a que para la Procuraduría de Chihuahua el asesino de mujeres ya está muerto, persisten las dudas sobre la culpabilidad de Latif Sharif. Durante todo su proceso El Egipcio siempre se declaró inocente, tanto del homicidio de Elizabeth Castro García, único asesinato por el que estaba condenado, como por el resto de los crímenes que las autoridades le atribuyeron. Sharif fue arrestado en 1995 acusado de haber secuestrado, violado y golpeado a una sexoservidora.
Al mismo tiempo fue señalado como el asesino en serie de mujeres. Un año después, el juez Quinto de lo Penal del distrito Bravos le otorgó la sentencia absolutoria al no comprobarse esos crímenes. Sin embargo, cuando El Egipcio se disponía a abandonar la prisión, fue nuevamente detenido bajo el cargo del homicidio de la joven Elizabeth.

Latif Sharif tenía el perfil ideal del asesino abominable que las autoridades buscaban. El Egipcio, un ingeniero químico que se nacionalizó estadounidense, fue contratado por una empresa de Ciudad Juárez, sin embargo entonces el africano no hablaba español y su corpulencia era amenazadora.

En 1996, mediante un operativo de mujeres policías encubiertas en un bar de la ciudad fronteriza, la Policía desmembró una banda de delincuentes ligados a los feminicidios.

“Los Rebeldes” era una conocida pandilla integrada por 11 sujetos dedicados a la venta de armas, alcohol adulterado y distribución de droga en bares y cantinas de la zona de tolerancia que acostumbraban reunirse en los antros La Fiesta, La Tuna y Joe’s Place, donde se presume raptaron a muchas jóvenes que aparecieron violadas y asesinadas en los suburbios de Ciudad Juárez.

Según la versión de las autoridades judiciales chihuahuenses, la pandilla era contratada por El Egipcio para contactar a adolescentes a las cuales narcotizaban en los bares y discotecas para entregárselas a Latif Sharif, quien luego de violarlas, las asesinaba y abandonaba sus cadáveres en colonias como Lote Bravo y Lomas de Poleo.

La Procuraduría del Estado aseguró en su momento que tras el arresto de El Egipcio, Los Rebeldes continuaron los secuestros, violaciones y asesinatos, pues presuntamente Sharif les pagaba desde la prisión para que los cometieran.

Debido a los asesinatos de mujeres posteriores al encarcelamiento de Sharif y Los Rebeldes, continuaron las investigaciones y cayó una nueva banda denominada “Los Ruteros”, choferes de autobuses de pasajeros, los cuales se dijo, eran también contratados por El Egipcio para violar y matar.

La defensa de Sharif siempre luchó por demostrar su inocencia, pues en el caso de la complicidad con Los Rebeldes o Los Ruteros, nunca se demostró su culpabilidad y por lo tanto no se le pudo sentenciar por esos homicidios que supuestamente ordenó. Mediante una carta que Sharif envió a la Comisión Estatal de Derechos Humanos, denunció que fue víctima de vejaciones y torturas sicológicas en prisión. Poco después que se le dictó sentencia, Sharif fue transferido del Cereso de Ciudad Juárez al Penal de Chihuahua, donde murió.

Los abogados que llevaron el caso de Sharif siempre se quejaron del maltrato que sufrió su cliente, ellos manifestaron que su ánimo estaba por los suelos y que debido al aislamiento su estado casi llegaba a la locura.


Tras su deceso, sus defensores mencionaron que El Egipcio estaba profundamente deprimido y que tras sus padecimientos de presión arterial que le afectaron en los últimos años, se dejó vencer por la tristeza.

Para nadie es un misterio que la muerte ronda las ciudades fronterizas entre México y Estados Unidos. Ciudades de paso de emigrantes latinos hacia el sueño americano son testigos de seres humanos que mueren cruzando la frontera.

Pero en una de estas ciudades no es necesario cruzar la frontera para que la sombra de la muerte persiga a los habitantes, y en especial a sus mujeres jóvenes.


Este lugar es Ciudad Juárez, en el estado norteño de Chihuahua, México.


- Desde hace 10 años la desaparición y asesinato de mujeres en Ciudad Juárez ha provocado una preocupación creciente en la sociedad, tanto del estado como a nivel nacional. No es para menos. Según organizaciones no gubernamentales en una década se han producido más de 350 asesinatos y el número de desaparecidas se eleva a cerca de 400.

- Estas cifras discrepan de aquéllas presentadas por las autoridades quienes confirman cien asesinatos menos y un total de 70 desaparecidas. ¿Por qué los encargados de impartir justicia intentan, por regla general, minimizar las dimensiones de esta ola de criminalidad? ¿Se pretende ocultar el grado de impunidad que impera en la resolución de estos delitos?

- El asunto ha tomado ya dimensiones internacionales gracias a la voz de Amnistía Internacional (A. I.). Después de un año de investigaciones sobre los diversos casos de asesinatos y desapariciones, este organismo no gubernamental los ha proyectado a los medios de comunicación mundiales. Los resultados de la investigación de A. I. tienen como base los seguimientos propios que distintas organizaciones locales han llevado a cabo sobre los casos.

- “Ser mujer, joven, bonita y pobre es convertirse en blanco de los asesinos de Chihuahua” señaló en cierta ocasión Norma Ledesma, portavoz de la organización “Justicia para nuestras hijas”, cuya hija, de 16 años, fue asesinada en la capital del estado el año pasado.

- El “ser mujer” fue uno de los elementos en los que A. I. puso más énfasis. Su informe sentenciaba: “La respuesta de las autoridades los últimos diez años ha sido tratar los diferentes crímenes como violencia común en el ámbito privado, sin reconocer la existencia de un patrón de violencia persistente contra la mujer que tiene raíces más profundas basadas en la discriminación”.

- El análisis de A. I. tiene, en este sentido, un impacto innegable. Preguntémonos por un momento: ¿qué hubiera pasado si cadáveres de hombres comenzaran a aparecer en los desiertos chihuahuenses sin un vínculo evidente con el ajuste de cuentas entre narcotraficantes? ¿Veríamos a las autoridades moverse con mayor eficiencia y de manera expedita? Es verdad que no podemos responder con certeza a esta pregunta, pero lo cierto es que reducir estos crímenes al “ámbito privado” y bajo esta óptica encontrarle una solución ayuda de poco.

- En el Distrito Federal, por ejemplo, hay más asesinatos de mujeres que en Ciudad Juárez. Del año 2001 al mes de mayo de 2003 se han cometido 251 homicidios en contra de mujeres. En el mismo lapso en la fronteriza ciudad el número de asesinados fue de 47. La comparación no parece válida en un sentido: el número de habitantes no es comparable. Aun así la cantidad de casos en la capital de la República es bastante elevado. ¿Por qué entonces el DF no es objeto de investigaciones como el que realizó A. I. sobre el asesinato de mujeres? La mayoría de estos crímenes son fortuitos o pasionales: la muerte se presenta por riñas callejeras, asaltos o infidelidades.

- En estos últimos diez años varios hombres han acabado en la cárcel acusados de ser los culpables de asesinatos a mujeres. Sin embargo, los crímenes continúan. Se habla, como causas de estas muertes, de ritos narcosatánicos, tráficos de órganos y hasta de prácticas snuff.

- Reconocer que los crímenes ocurridos en Ciudad Juárez en contra de las mujeres tienen raíces en la discriminación como lo afirma A. I. es dar un buen paso no sólo en la búsqueda de los culpables sino también, en el cambio de una cultura de las relaciones de los hombres y las mujeres, y de entre éstas y la sociedad.

¿Tu crees que en la administración de este Presidente, Felipe Calderón, se encuentre el responsable de todas estas muertes o pasará lo mismo que con los 6 años del anterior presidente, Vicente Fox, con todo y la UNICEF y Derechos Humanos atrás de esto y seguiremos viendo la "Dimensión Desconocida" de lo que pasa en Juárez?


En fin, "el que quiera mentir aumenta los testigos" o "el que quita la causa, quita el pecado".

¿Habrán concluido los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez?

En fin... Maravillas de México... construyendo un México Libre... que viva México cabrones!!!

Salu2!!!
P. D. Con cariño para ti, Gilberto.

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