jueves, 23 de agosto de 2007

TODOS LOS CAMINOS LLEVAN AL SGT. PEPPER


Un poco atrasados, pero el pasado 1 de junio se cumplieron 40 años de la edición de Sgt. Pepper Lonely Hearts Club Band, el más revolucionario disco de la historia y uno de los 10 más vendidos de todos los tiempos.

Es considerado el álbum de rock más influyente; la revista Rolling Stone lo colocó a la cabeza de su lista de “Los Mejores 500 Albumes de todos los tiempos”.

Innovador en todos los sentidos, ha influído en casi todos los álbumes de los géneros pop y rock que se crearon después.

Un álbum surgido de experimentos de estudio, cuando hartos de las giras y de la fama, en el apogeo del consumo de la marihuana y el LSD, cabalgando el verano del amor, hace 40 años los Beatles construyeron su propio Everest y produjeron el disco pop más trascendente del siglo XX.

La idea era hacer un disco conceptual, en el que todas las canciones estuvieran unidas y presentadas por un personaje imaginario: el Sargento Pimienta, que iba a dirigir a su banda musical de corazones solitarios.

Realizado con la finalidad de superar la belleza de Pet Sounds, un álbum de los Beach Boys, que había aparecido unos meses antes. Y vaya que si lo logró. Otro día hablaremos de Pet Sounds.

Un disco personal, mucho más atrevido e innovador que cualquier cosa que se hubiera hecho antes.

Grabado en una época de psicodelia y experimentación, el álbum es un precursor de técnicas de grabación y composición. Fue el primer disco grabado en ocho canales, con dos consolas de cuatro canales. Ha sido, además, un éxito de ventas y popularidad desde el primer día que salió al mercado musical. Incorporó técnicas en el mundo de la música.

En 13 canciones que llevan al límite el concepto del rock, dejando atrás limitaciones, agregando orquestaciones, instrumentos hindúes, grabaciones tocadas al revés y sonidos de animales, transformó al rock en objeto de culto. El Sgt. Pepper Lonely Hearts Club Band mezcla rock, music hall, baladas, jazz y hasta música oriental.

Una oda a las drogas alucinantes; tan alucinantes como lo fue toda esa época.

El disco comienza con ruido proveniente de un público expectante que explota con los primeros riffs de guitarra eléctrica de la canción que da título al disco.

Sgt. Pepper no solamente destaca por su música, sino por el concepto y la portada diseñada por el artista pop Peter Blake: una fotografía con los cuatro Beatles vestidos como sargentos multicolores delante de un collage de rostros célebres, entre los que se cuentan Marilyn Monroe, Bob Dylan, Oscar Wilde, William Burroughs, Marlon Brando y un mensaje de bienvenida a los Rolling Stones. Todos ellos componen una iconografía que ha sobrevivido con éxito el paso del tiempo.

Fue, además, el primer disco que incluyó la totalidad de los textos de las canciones, una modalidad que se hizo común desde entonces.


Posee una de las mejores canciones de los Beatles, un autentico y verdadero instante de magia: “A Day in the Life”, un tema en el que se contempla la muerte de un hombre al volante de su automóvil, y que es descrita con la frialdad alucinada del regreso de un viaje con ácido, y es justamente esa distancia narcótica la que llama la atención y permite tomar en serio la voz de un Lennon que contempla, como un sonámbulo, un triste documento de su propia mortalidad.

Todo en un medio difuso y borroso, aunque bello y acústico, que se va sumergiendo poco a poco en un ascendente ruido sinfónico que se eleva y se eleva hasta lo más alto que permiten los instrumentos.

Ninguno de los músicos encargados en lograr este efecto debía prestar atención a lo que hacían los demás, sólo debía elevar la tonada lo más que pudiera en 26 compases. El reloj que se escucha al finalizar este divisorio no es accidental. Su función era avisar cuando se debía recomenzar a cantar.

La cantidad de instrumentos no era suficiente para lograr el efecto deseado. Por eso la grabación fue superpuesta cuatro veces con leves diferencias de tiempo. De esta forma parece una orquesta de 160 instrumentos.

El resultado final suena como el despegue o aterrizaje de un vuelo, una innovadora pared de sonido que súbitamente se corta por un reloj despertador. Los sentidos se aclaran en la voz límpida y clara de Mc Cartney hasta que de repente nos sumergimos en un sueño más profundo aún que el anterior; la voz de Lennon se debate flotante entre la marea de una orquesta wagneriana, grandiosa, gigantesca.

Otra vez estamos en medio de un sueño y otra vez el ruido del despegue o aterrizaje, una explosión y el abismo, con una nota de piano que parece interminable, con la que concluye la canción.

Al final del disco unos ruidos de voces extrañas, segundos de galimatías aparentemente invertidos, nos hacen intuir un mensaje oculto. En realidad éstas fueron grabadas para ocupar el último surco del disco, siempre vacío y así evitar que la gente que no tenía tocadiscos automático escuchara sin cesar el horrendo ruido de freidora que provocaba el último surco vacío.

Esta canción es célebre también por ser la primera en la historia en hacer referencia a algo totalmente sexual: “I´d love to turn you” (me encantaría encenderte).

“A Day in the Life” permanecerá como la canción más apropiada para evocar lo que se sentía ser músico y ser jóven (ser un Beatle, quizás) en el Londres de mediados de los 60.

Drogado, disipado, manejando por las calles sin ninguna preocupación, hasta que doblando la esquina te topas con la imagen de la muerte. Un matrimonio que no funciona. Un amigo muerto de sobredosis. Y desde entonces nada vuelve a ser lo mismo y uno está obligado a mudarse, a disolver la banda, a despertar.

Esta canción es el mejor epílogo para una banda y una generación que quiso probar los límites de la moral, la salud, la infalibilidad, y que luego se vio obligada a regresar a una realidad más cínica, más solitaria y, valga la redundancia, más real. A discos como el “White Album”, por ejemplo. Mejor así.

Sgt. Pepper Lonely Hearts Club Band, fue el último trabajo que los Beatles hicieron como un equipo sólido. A partir de allí, cada uno comenzó a trabajar solitariamente en sus propios conceptos musicales.


El álbum causó sensación en su época y sigue causándola, manteniendo la emoción y frescura del primer día. Aquel 1 de junio de 1967.

Es un disco difícil de superar y que ha influido en generaciones de músicos con diferentes propuestas y estilos.

¡Long live Sargent Pepper!

Salu2!!!

No hay comentarios: